PARTE 1


Jaejoong apoyó los codos en las rodillas y miró hacia el lago, disfrutando de la serenidad de la puesta de sol y de la constante llamada de las cigarras y los grillos a su alrededor, mientras cortejaban a sus potenciales parejas. Respirando profundamente la dulce esencia de la primavera, se sentía en paz por primera vez en más de una semana.

Visitar a su familia, su manada, siempre era difícil. Ver a sus hermanas y hermanos felizmente acoplados, jugar con los diferentes sobrinos y sobrinas, y ser el tío favorito, era una agridulce delicia. Inevitablemente, demasiado pronto las conversaciones volverían a su búsqueda de una pareja, y entonces caerían en un incómodo silencio. Era un paria, sin serlo. Su familia intentó entender, intentó aceptar que no quería una mujer en su vida, que anhelaba los fuertes brazos de otro hombre, pero no pudieron.

Así que empezó a retirarse, a pasar más tiempo con los cachorros y menos con los adultos, y entonces una noche, pudo escapar silenciosamente. Dolía ver a todos los hombres elegibles, y saber que ninguno de ellos sería para él, con la débil agitación que anunciaba el comienzo de la necesidad de aparearse, que ya había empeorado.

El viento empezó a soplar agitándose a través de su cabello castaño, moviéndolo hacia sus ojos. Hundiendo la barbilla, lo hizo apartarse de su rostro, y volvió la mirada hacia las ondas que la brisa provocaba en el agua.

El destello de un movimiento en la quietud de la noche le llamó la atención. Al girar un poco la cabeza, rastreó el movimiento de un leopardo joven mientras se deslizaba lentamente hacia el lago. Respirando profundamente, inhaló una breve bocanada de su aroma, y frunciendo el ceño, curvó los labios. No era totalmente un gato. Inhalando otra vez mientras se levantaba el viento, consiguió atrapar el suficiente olor como para saber que era un cambiaformas. Algún detalle sobre aquél aroma se burlaba de su memoria, pero no reconocía sus marcas. A diferencia de ciertas manadas, donde todos ellos tenían un ligero colorido de motas negras y amarillas, este leopardo tenía sus marcas oscurecidas por las que con frecuencia era confundido con una pantera, el remolino de rosetas eran apenas perceptibles en la luz mortecina. Gruñendo silenciosamente, luchó contra la urgencia de cambiar y forzar al intruso a abandonar su territorio, aún cuando admiraba la belleza de sus movimientos. 
Con el viento fluyendo hacia él, se contentó con sentarse y por el momento sólo observar al leopardo, para juzgar la amenaza que representaba. Era altamente territorial por naturaleza, pero él también estaba sólo. Si el otro cambiaformas no representaba una amenaza, podría considerar la posibilidad de ceder su territorio a cambio de compañía.

A diferencia de sus homónimos animales, los cambiaformas leopardos anhelaban la interacción con los demás, necesitando sentir el toque de otro cambiaformas para mantener el control sobre su parte animal.

Que era la razón por la que estar tan lejos de su manada era tan difícil… Jaejoong ansiaba el contacto, pero debía negárselo a sí mismo.

Mientras el leopardo llegaba a la orilla del agua, un tenue brillo de niebla se envolvió a su alrededor, y luego, en su lugar había un hombre adulto sobre sus humanos pies, su piel oscura brillaba como ébano finamente pulido, a la luz de la luna.
Jaejoong observó en silencio cuando la brisa removió los apretados rizos oscuros del hombre, lanzándolos hasta sus hombros remontando las corrientes de aire, mientras el hombre se quitaba la ropa.
Cada vez que Jaejoong veía a otro de los de su clase cambiar, siempre le sorprendía que de alguna forma, el proceso distinguiera entre las moléculas del cambiaformas y las de su ropa, y al final todo estuviera apropiadamente unido en su lugar.

El agua ondulaba alrededor del otro cambiaformas mientras caminaba, desnudo, dentro del agua, y con un súbito movimiento explosivo se zambulló en el agua caliente, con su silueta cortando la suave línea atravesando las tranquilas aguas.

Satisfecho por el momento, Jaejoong admiró la forma del hombre mientras rápidamente ponía distancia entre la orilla y él, a continuación, repentinamente se sumergió bajo el agua, salió a la superficie otra vez casi a 20 metros de distancia de donde había estado. A medida que el desconocido hombre volvía hacia él y alcanzaba la costa, el aire se removió cambiando la dirección y pudo ver el instante en el que su propio olor alcanzaba la nariz del hombre.

Se apuró en coger su ropa y empezó a ponérsela, mientras, escudriñaba la zona a su alrededor con penetrante mirada. Sin prisa, Jaejoong se levantó y se abrió camino por la ladera de la colina sobre la que había estado descansando y cuanto más se acercaba, más apurados se hacían los movimientos del otro hombre. Aminoró la marcha, concediéndole tiempo para vestirse, coincidiendo en el tiempo, su llegada a la orilla del agua cuando el hombre cerraba la cremallera de sus jeans.

―Bonita noche para darse un baño ―dijo él poniendo a propósito una nota burlona en su voz. Por alguna razón, quería que el otro se sintiera a gusto.

―Me iré ―dijo el otro cambiaformas levantando las manos a la altura de su pecho, con las palmas hacia afuera y los dedos estirados. Él empezó a caminar hacia un lado, moviéndose hacia el borde de su camino y volverse a sumergir de nuevo en la noche.
Jaejoong detuvo su movimiento dando un paso atrás, asumiendo una relajante y no amenazadora postura.

―No tengo ningún problema contigo, amigo ―respondió bajando el tono de su voz y soltando las palabras de forma suave―. Respeta esta área, y a mí, y seguiremos sin tener ningún problema.
Un vacilante guiño fue su respuesta.

―Soy Jaejoong, ¿Y tú eres?

―Yunho. No sabía que esto era territorio de una manada.

―De hecho, no lo es. Esta tierra no es territorio de manada, es propiedad privada. ―Aunque aún no habían determinado una jerarquía entre ellos, la tierra en la que se encontraban, ya que era tierra de Jaejoong, aquí, su palabra era ley.

―Ah ―la postura de Yunho se relajó. Traspasar propiedad privada era una cosa, territorio de una manada era completamente diferente. Las marcas de olor en territorio de manada, eran generalmente más obvias y las sanciones más duras. Jaejoong a propósito, no había marcado su tierra más allá del área de la casa, con ganas de alentar a la vida silvestre para que la visitaran. El olor de un leopardo les asustaría y los mantendría lejos.

―Termina tu baño si lo deseas, no me importa.

Yunho se encogió de hombros, el ascenso y la caída de sus hombros llamó la atención de Jaejoong. El viento cambió de dirección otra vez, enmascarando su olor, pero empujando el del otro hombre hacia él.

Ligeras trazas de curiosa excitación tentaron su nariz, permitió a su mirada seguir el camino hacia el otro hombre, lentamente hojeando las líneas y curvas de su cuerpo, esperó para ver si había alguna reacción. El silencio se extendió entre ellos, entonces Yunho lentamente agarró el borde de su camiseta y la levantó sobre su cabeza.

La más breve de las sonrisas curvó sus labios, con un desafío impreso en el brillo de sus ojos. Estaba empujando a la bestia interior de Jaejoong, pero era el olor de la excitación construyéndose en Yunho lo que lo torturaba. Había pasado mucho tiempo desde que había estado cerca de otro macho que compartiera su interes por los hombres. Sólo una vez se había cruzado con otro cambiaformas que claramente prefería a los hombres, y ya estaba acoplado, por lo tanto, estaba fuera de su alcance.

―Estaba pensando en acampar aquí esta noche, así que si tienes algún buen lugar para sugerirme que está fuera del camino, me encantaría oírlo. ―Mientras hablaba, sus manos fueron a la cintura de sus pantalones y empezó a desabrocharlos. El botón nunca había llegado a deslizarse nuevamente en su ojal, antes cuando se había vestido apresuradamente.

Jaejoong empujó a su leopardo al fondo de su alma cuando vio al otro hombre desnudarse. A diferencia de los apurados movimientos de antes, esto era casi un streptease. Lo único que faltaba era la música alta y la presencia de otros hombres clamando por la atención de Yunho.

Gruñendo suavemente ante la idea de compartir al cambiaformas con otro hombre, Jaejoong tiró de su camisa, enviando los botones a volar por los aires. La sonrisa en los labios de Yunho se hizo más pronunciada en respuesta, y el aroma en la corriente de aire cambió sutilmente. A juzgar por el cambio, y su expresión facial, Jaejoong dedujo que a él le gustaba la contundencia de sus movimientos. Y sus movimientos lentos se volvieron casi tentadores cuando terminó de desnudarse. El dorso de sus manos rozaban sus pezones, apretandose los botones en pequeñas perlas negras que se destacaban con orgullo contra la oscura y rica piel.

Las rodillas de Jaejoong casi no pudieron sostenerlo ante la visión. Se aclaró la garganta, trabajó para soltar las palabras.

—Puedes pasar la noche aquí. Como te he dicho antes, respétame a mí y a mi tierra y no tendremos ningún problema.

La mayoría de los cambiaformas con los que se había encontrado tenían un profundo respeto por el medio ambiente, pero había visto a unos pocos que habían perdido su rumbo, y ya no andaban por la senda de la armonía con el planeta. No lo entendía, y aceptaba que probablemente nunca lo haría.

―Eso no será un problema ―respondió Yunho bajando sus pantalones, y arrastrando hacia abajo sus bóxers con ellos. La tela húmeda se aferraba a él haciendo un número interesante de sus movimientos, su pene se balanceaba con sus movimientos llamando la atención de Jaejoong. Él estaba casi hipnotizado por el suave balanceo del órgano, los negros rizos bien recortados para mejor acceso, rodeaban la base. Todavía había algo que se burlaba de su memoria con cada inhalación. El aroma que le llegaba del otro hombre estaba impregnado de feromonas, también le daba la impresión de que conocía al otro cambiaformas de algo. Pero eso era imposible.

En lugar de dar un paso adelante y presionarse contra el otro tal y como sus hormonas en ebullición le pedían que hiciera, Jaejoong se tranquilizó y permitió que su ropa se deslizara de su cuerpo en lugar de arrancarla. Yunho ya estaba de vuelta en el agua, nadaba tranquilamente alrededor del lugar en el que Jaejoong estaba, desnudo y con su propio pene duro demandando atención.

Caminando por el agua calentada por la tierra y el sol, se inclinó hacia adelante y se lanzó en dirección opuesta del joven cambiaformas, queriendo saber si él respondería o si simplemente seguiría su propio camino.

Un juguetón tirón en su tobillo fue su respuesta momentos antes de ser arrastrado al fondo. Inhalando una última y rápida respiración, él se hundió bajo la superficie mientras el agua se arremolinaba sobre él. Sosteniendo el aire en sus pulmones, se dobló sobre su propio cuerpo y se sujetó a los hombros del otro hombre. Sus cuerpos húmedos se deslizaron uno junto al otro, y Yunho se apretó contra él, entonces se inclinó y juntó sus bocas.

Exhalando un poco en la boca del otro mientras se separaban sus labios por causa del propio beso, Jaejoong apretó las caderas de Yunho y empujó sus ingles juntas. La sangre endureció la carne al frotarse, atormentándolos a los dos mientras se besaban bajo el agua hasta que, desesperado por aire, Jaejoong se soltó y subió a la superficie.

Mientras se limpiaba el agua, Jaejoong abrió los ojos y miró dentro de los juguetones ojos castaños , tan en contraste en aquella oscura cara que desencadenó un recuerdo. Casi diez años antes había retozado en el agua con varios cambiaformas, particularmente con un airado joven, un adolescente apenas capaz de controlar el rápido crecimiento de su cuerpo. Parecía un cervatillo recién nacido más que casi un gato adulto.

Yunho sonrió y Jaejoong supo en ese momento que su mente no le estaba jugando una mala pasada. El hijo más joven del alfa de la manada de su tío y el hombre que permanecía de pie en el agua caliente ante él, era aquel joven cambiaformas.

En la cúspide de la edad adulta, su cuerpo había cambiado de adolescente a hombre. Había sido atractivo, ahora era impresionante, el poder con el que contenía su forma animal, apenas controlado en su interior. Su largo cabello liso sobre los hombros, el vello rizado de su pecho cubriendo los músculos esculpidos y estrechándose en una V que atraía la mirada de Jaejoong recorriendo su cuerpo hacia abajo.

―Me preguntaba si podrías recordarme.

Jaejoong parpadeó, no sabía qué responder a eso. Pensaba que el otro cambiaformas era un extraño, alguien con quien podría tener una relación pasajera y dejarse ir, era una cosa. Pero la posibilidad de encontrarse constantemente con Yunho, queriendo más de lo que el joven gato, que a un no sentía el calor de la necesidad del acoplamiento, podría dar, era algo completamente diferente. Sin las intensas feromonas, no había garantía de que se unieran de por vida.

―¿Cuál era exactamente tu plan para esta noche?

Yunho se encogió de hombros, enviando su largo cabello cayendo sobre su pecho, el agua goteando y rodando por sus apretados músculos. Jaejoong quería seguir el camino con la lengua, pero sabía que no podía. No ahora que sabía quién era Yunho.

―En un principio sólo tenía previsto acampar pero cuando te vi de pie, siendo el mismo hombre que jugó tan despreocupadamente conmigo años atrás, sigues siendo tan embriagador como entonces, decidí ver qué podía pasar.

―¿Pasar que…?

Yunho rió por lo bajo, el sonido era como música para sus necesitados oídos. Vivía voluntariamente solo, pero eso no quería decir que tuviera que gustarle. Mientras crecía, la necesidad de tener a alguien en su vida era cada vez mayor. A pesar de ansiar el toque de otro hombre, en lugar del de una mujer, el deseo por acoplarse lo urgía, su cuerpo exigía que reclamara a otro como propio.

Por desgracia, no había otros como él en su manada, y estar cerca de los hombres sin pareja que no seguían sus inclinaciones era una tortura. La necesidad, el profundo deseo, la esperanza de que algún día, uno de ellos empezara a enviar feromonas que le llamaran, había sido un verdadero infierno.

El saber que probablemente nunca pasaría, era aún peor.
Jaejoong tenía la sensación de que una aventura pasajera, sin la esperanza de un futuro, combinado con cruzarse constantemente con Yunho, sabiendo lo que había tenido y que nunca volvería a tener, lo llevaría a sus propios límites.

―Tú eres gay, yo soy gay. Supe entonces que me sentía atraído por ti, pero me ordenaste mantenerme alejado de ti, al menos hasta que se me considerara adulto. He esperado diez años, preguntándome cada noche si podría acercarme a ti cuando finalmente fuera adulto, para encontrarme con que habías encontrado a alguien más. Preguntándome si cuando me acercara a ti, la química seguiría ahí. Pero ahora lo sé.

Los hijos de alfas felinos generalmente eran alfas en sí mismos, y a juzgar por las contundentes palabras de Yunho, Jaejoong no tenía ninguna duda de que el hombre que permanecía en pie frente a él, heredaría pronto ese legado y empezaría a reunir cambiaformas junto a él y los guiaría formando su propia manada.

Yunho inhaló profundamente, sus ojos se volvieron de color índigo y sus fosas nasales llamearon. Mirando hacia abajo, Jaejoong pudo ver el miembro del otro hombre endureciéndose todavía más, los músculos de su estómago se volvieron rígidos.

―Tu necesidad te sobrepasa ―Algo hizo que su sonrisa se ensanchara, se hizo más calculadora, mientras su mirada viajaba por el cuerpo de Jaejoong.

Sintiendo una oleada de calor ante la atención del otro hombre, se obligó a sí mismo a no retroceder. Era su forma de actuar cuando dudaba, y aunque era un beta frente a un futuro alfa, no estaba dispuesto a retroceder frente a alguien que todavía no había encontrado su estatus. Los alfas tenían que demostrar su valía, y Jaejoong ya había demostrado ser un beta fuerte, un feroz guerrero de su manada. Años en el ejército sólo habían aumentado sus instintos naturales, hasta que únicamente su simple naturaleza le impidió dar un paso más hacia territorio alfa.


Por otro lado, Yunho estaba a unos pocos pasos de la edad adulta, sin manada propia, sin más rango que el de ser el hijo del alfa dentro de la manada de su padre.


Continuara



6 comentarios:

  1. Wow eso quiere decir que ellos ya se conocian de años atras uffffsi todo un caso asj quw ahora los dos sw dan de solitarios bueno al parecer jae le mando madurar a yunhi jejejejeje osea a ponerse mas guapo y varonil
    Ahora que ambos estan mas que atraidos que pasara jejejejejej
    Gracias por compartir

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  2. uuuu que interesante ¡¡¡ ellos ya se conosen y yunho despues de 10 volvio por el gracias por el capitulo

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  3. si ya se conocían y Jae se alejo de Yunho pero el lo busco y esta con el es por que de verdad le interesa formar parte en la vida de Jae así es que formaran su propia manada seguirán juntos y nadie los separara creo
    GRACIAS

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  4. Muy bueno! Pobre Jae estar dentro de una manada que no comprende sus gustos....pero Yunho *alfa* llego para ti JJ......
    Ya me imagino a Jae todo embelesado viendo el cuerpo Griego de Yunho *w*
    A seguir leyendo~Gracias

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  5. Ooooh eso quiere decir que Jae y Yunho ya se conocía de antes pero Jae solo quería un rollo pero Yunho lo tomo más a personal porque se enamoró de Jae y ahora que está echo un macho y derecho viene a por su Jae.

    esta muuuuuy guay gracias por compartir linda.

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  6. Bueno Jaejoong creo que ya llego por quien esperabas ya que estas que no sabes que hacer porque piensas que no encontraras a alguien con quien acoplarte bueno ahora que Yunho reapareció otra vez y eso solo por ti kyyaa

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