Yunho se acercó, el nivel del agua descendió hasta justo por
debajo de la pesada bolsa de sus bolas, empujando la tentadora carne con cada
toque del lago contra la orilla. Acercándose, acunó con la mano el pene de Jaejoong,
acariciando lentamente su longitud. Consiguiendo un firme agarre, tiró de Jaejoong
hacia adelante hasta presionar sus cuerpos juntos, con la piel todavía
resbaladiza por la capa de agua.
―Los hombres de mi familia experimentan su necesidad
tempranamente, a menudo justo después de alcanzar la edad adulta. Muchos
ancianos piensan que es por venir de una larga línea de alfas, naciendo varios
en cada generación, con la necesidad de encontrar rápidamente un compañero para
empezar nuestra propia manada.
Mientras hablaba, Yunho hizo retroceder a Jaejoong
lentamente fuera del agua hasta que estuvieron juntos en la orilla.
―En cualquier caso, puedo sentir esa llamada corriendo a
través de mí, que es por lo que estoy aquí esta noche. Tenía que alejarme de
todos o me volvería loco.
Jaejoong entendía perfectamente lo que el otro hombre le
estaba diciendo. A menudo había sido igual para él, sumergiéndole en una
soledad que realmente no quería. Su naturaleza anhelaba a la manada, el
leopardo en él exigía el toque de otro de su especie, los familiares olores que
describen a una familia. Pero cada momento con la manada era una tortura, su
humanidad se filtraba poco a poco fuera de él, hasta que no podía estar con los
de su propia especie tanto como deseaba.
Yunho se inclinó y mordió el costado del cuello de Jaejoong.
Mantenerse inmóvil, mientras la intoxicante necesidad de acoplarse amenazaba
con abrumarlo, fue una tortura para Jaejoong. Luchar para mantenerse lúcido
cuando lo único que quería era arrastrar al cambiaformas más joven al suelo y
acoplarse con él era difícil, pero de alguna manera se las arregló.
―Te quería incluso entonces. ―Jaejoong se estremeció ante
las vívidas imágenes que llenaban su mente. Cuando había conocido al joven, Yunho
acababa de cumplir los 18 años. Su espigado y alto cuerpo había brillado con
las gotas de agua aferrándose a él, tal y como ahora. Jaejoong le había querido
incluso entonces, pero la diferencia de diez años entre ellos era demasiado
grande. Yunho pareció hacer eco de su necesidad ―Era demasiado joven para
reclamarte, pero ahora ya no lo soy.
Sin previo aviso, barrió la pierna por detrás de Jaejoong
haciéndole caer al suelo y cayó sobre él.
―La espera ha terminado.
Aturdido mientras el aliento salía de su boca,
inconscientemente permitió a la inquisitiva lengua de Yunho ir más allá de sus
labios entreabiertos. Mientras la razón volvía con una rápida inspiración a
través de su nariz, llevó las manos a la parte posterior de la cabeza del
cambiaformas y cedió a la tentación de recorrerla. Las feromonas de Yunho se
mezclaron con las suyas, y la naturaleza los reclamó a los dos. No podían negar
la atracción que se precipitaba entre ellos, la necesidad era demasiado fuerte,
y las demandas de la necesidad de acoplarse estaban siendo demasiado fuertes
para ambos.
Afortunadamente, de alguna manera sus cuerpos siempre sabían
que eran pareja, a menudo mucho antes de que sus mentes tuvieran la oportunidad
de ponerse al día.
A pesar de no conocer los detalles de la vida de Yunho, Jaejoong
instintivamente podía sentir suficiente sobre su carácter, casi podía oír las
moléculas de su ser aceptando quién y qué era Yunho.
Yunho se movió sobre él frotando su duro pene contra el
estómago de Jaejoong dejando un tenue rastro de líquido preseminal marcándolo
con su olor. Siguiendo una relajada trayectoria, se deslizó hacia abajo
frotando su pene contra los muslos de Jaejoong, luego fue de vuelta hacia
arriba hasta dejar un pequeño charco de semen sobre el pecho de Jaejoong. A
horcajadas sobre el hombre, se sentó y mientras Jaejoong lo observaba
disfrutando de la sensación de su toque, Yunho deslizó las manos sobre el pecho
del cambiaformas mayor, marcando su territorio con el más fuerte de sus aromas.
Con sus manos seguras y firmes, Yunho cogió el pene de Jaejoong
y lo acarició de arriba abajo, consiguiendo que el líquido preseminal fluyera
constantemente desde la punta hasta que cubrió sus manos, entonces empezó a
frotárselas por su propio cuerpo. Casi con torpeza, mientras la seriedad de sus
acciones luchaba en la parte posterior de su mente con las necesidades de su
cuerpo, Jaejoong ayudó a frotar su propio olor sobre la piel del otro hombre.
El viento sopló sobre ellos, llevando la mezcla de los
aromas de sus cuerpos hasta la nariz de Jaejoong y sus fosas nasales se
llenaron con la necesidad que se estrelló contra él. Quería estar acoplado; su
cuerpo ya no se contentaba con esperar mientras el leopardo dentro de él rugía
de necesidad.
Podía sentir la piel de sus brazos y pecho ondulando
mientras el animal salvaje en él exigía su premio. Había estado bajo control
durante demasiado tiempo, había encontrado a un compañero y no estaba dispuesto
a negárselo, incluso si eso significaba que su mente humana aún no había tenido
oportunidad de ponerse al mismo nivel que su corazón animal.
Mientras Yunho se inclinaba hacia adelante y se apoderaba de
la piel de la base del cuello de Jaejoong con sus dientes, él inclinó la cabeza
hacia atrás dejándole espacio.
―Sabes que lo que estás haciendo no se puede deshacer.
―Jadeó, quería asegurarse de que el recién convertido en adulto, entendiera la
gravedad de sus acciones. Estaba marcando a Jaejoong, reclamándolo, y a su vez
se estaba marcando a sí mismo.
―Sí ―ronroneó Yunho junto a su cuello y luego mordió un poco
más abajo dejando un leve reguero de sangre. Presionó un lado de su cuello
contra los labios de Jaejoong, y él correspondió, permitiendo que unas pocas
gotas de la sangre del alfa cubrieran su lengua, marcando para siempre la
esencia en su cerebro.
Ahora podría rastrear al joven y ser rastreado, lo que le
permitía tanto proteger a su pareja como ser protegido por él. El leopardo
rugió de satisfacción y tiró de nuevo de su piel, y por un breve momento, Jaejoong
le permitió emerger a la superficie, saboreando la sensación de su cuerpo
retorciéndose en su forma animal antes de sujetarlo de nuevo.
Sus recuerdos de la primera vez que se conocieron, diez años
atrás, se superponían con el hombre con el que se enfrentaba ahora. Era una
comprensión embriagadora, que de alguna manera él había sabido que iba a pasar,
había esperado y rezado por esto, incluso mientras él se negaba a sí mismo la
esperanza y se alejaba de su especie. Simplemente era demasiado doloroso.
Ahora podía abrazarse a esos sentimientos, igual que se
abrazaba al joven alfa en sus brazos. Su necesidad de someterse peleó contra su
necesidad de exigir su cuota de apareamiento. La largamente reprimida necesidad
ganó.
Gruñendo su deseo a través de sus cuerdas vocales ya no
totalmente humanas, corcoveó contra Yunho, su pene palpitando casi
dolorosamente, mientras su culo se apretaba en previsión de lo que clamaba por
venir.
Un gruñido por respuesta sonó por encima de él, mientras con
un suave movimiento, Yunho se deslizó hacia abajo. Sujetó su cadera y le dio la
vuelta. Jaejoong apenas se las arregló para colocarse sobre las manos y las
rodillas antes de que Yunho estuviera empujándose contra él, con su pene
deslizándose contra la hendidura de su culo.
Yunho se meció contra él, su erección se deslizaba arriba y
abajo, dejando un rastro húmedo y cubriendo la piel de Jaejoong con su olor.
Sus manos se apretaron contra las caderas de Jaejoong, lo atrajo hacia él
apretándolo, amoldando su pecho contra la espalda de Jaejoong, mientras se
encorvaba contra él, y lo montó, su pene empujándose contra la entrada de su
culo. Relajándose, incluso mientras la anticipación lo inundaba, Jaejoong
ofreció su arrugado anillo para el reclamo de su amante.
Jaejoong se empujó contra él, el pene de Yunho se deslizó
por su esfínter y llegó a casa, duro y rápido. Lágrimas de dolor brotaron
vívidamente de los ojos de Jaejoong incluso mientras él se arqueaba hacia
atrás, conduciendo el pene de Yunho aún más profundo dentro de su cuerpo, lo
que le permitía reclamarlo, para alcanzar al animal que gruñía más profundo
dentro de él. El dolor se desvaneció mientras sus terminaciones nerviosas se
inflamaban de vida, disfrutando del deslizamiento del pene de Yunho cuando se
empujaba hacia adelante, se movía hacia atrás y entonces se impulsaba de nuevo,
el flujo constante de líquido preseminal facilitaba los movimientos.
Su pene estaba tan duro que se curvaba hacia arriba contra
su estómago a pesar de su posición, Jaejoong gruñó por más, estaba más allá de
su capacidad de hablar. Era una criatura de sensaciones, el leopardo en su
interior se hizo cargo de su mente mientras le daba la bienvenida a su pareja,
sometiéndose y demandando al mismo tiempo.
Acogió con satisfacción la sensación del alfa cubriéndole,
apretando el anillo de músculos de su culo alrededor del pene del otro hombre.
Cerrando los ojos Jaejoong se entregó a la danza de apareamiento, sintiendo el
aroma del otro filtrándose en sus poros.
La ligera brisa se arremolinaba sobre su piel, enviando
escalofríos por su espina dorsal, secando el agua de su piel, el frío
contrastaba con la piel caliente de su amante.
No se podía negar, en el momento en el que el pene de Yunho
se deslizó más allá del anillo de músculos de su culo, que ellos eran amantes,
pareja, compañeros. Arquear la espalda le permitió al leopardo subir a la
superficie, apenas conseguía mantenerlo sujeto mientras el pelaje ondulaba
cubriendo su piel y Yunho se clavaba más duro dentro de su culo. El sonido de
la piel golpeando contra piel resonaba en la silenciosa noche. Alrededor de
ellos, las demás criaturas se mantenían en silencio, era como si los amantes
fueran los únicos que existieran.
Jadeando con la necesidad de montarle, Jaejoong gruñó con
cada exhalación, sus bolas apretándose, su pene dolía por la necesidad de
liberación. Como si Yunho supiera lo mucho que estaba luchando por no rendirse
ante su orgasmo, un puño caliente se envolvió alrededor de su pene, apretando
firme y frenando las olas que amenazaban con abalanzarse sobre él.
Jaejoong dejó escapar un suspiro de alivio mientras apretaba
su ano, manteniendo la erección de su amante dentro de él. Podía resistir, no
podía avergonzarse a sí mismo como un adolescente caliente teniendo un orgasmo
demasiado pronto. Por lo menos pensaba que podría contenerse hasta que el puño
que lo agarró se relajó y empezó a deslizarse de arriba abajo por su longitud.
Mientras, el ritmo del pene en su culo coincidía con ese ritmo constante, cerró
los ojos y permitió la inevitable inundación.
Empujando las caderas contra la
mano que lo sujetaba, llegó al clímax, su semen cubrió los dedos de Yunho y
salpicaron su estómago. Dientes mordieron su cuello, y Jaejoong extendió más
las piernas, él mismo se agachó más hacia el suelo dando a su amante un más
amplio margen de movimiento.
Yunho deslizó la mano del pene de Jaejoong hacia sus caderas
y sujetándolo, se apoderó de él con fuerza, empezó a golpear dentro de él, sus
movimientos llenos de una fuerza casi salvaje, y el leopardo dentro de Jaejoong
rugió con aprobación. Abrió los ojos de repente cuando su pene empezó a
endurecerse una vez más. La profunda esencia que salía de Yunho era un
afrodisíaco instantáneo. Su pelaje onduló sobre su espalda y la vista del
bosque tomó una nueva intensidad mientras sus ojos cambiaban. Un gruñido sonó
en sus oídos cuando Yunho tuvo problemas con su propio leopardo. El olor del
acoplamiento se acentuaba, hasta que cada bocanada de aire se entremezclaba más
y más, hasta que Jaejoong no podía estar seguro de dónde acababa él y donde
empezaba Yunho. Inclinó su cabeza hacia atrás contra el firme hombro de su
amante, abrió la boca y se vio recompensado por los labios de Yunho cubriendo
los suyos, su lengua se deslizó por sus labios y dentro de su boca.
El ritmo del pene que lo empalaba se ralentizó, hasta que
simplemente se balanceaban juntos en el mismo lugar. Podía sentir cada una de
las respiraciones de Yunho, tanto contra su espalda, como contra su mejilla. Su
propia respiración era rápida, ya que luchaba contra la urgencia de correrse
otra vez, cuando Yunho, a pesar de sus jóvenes años, seguía estando duro y
palpitante en su interior.
Rompiendo el beso, Yunho dejó escapar un gruñido de su
interior, y el corazón de Jaejoong empezó a acelerarse. Cerrando los ojos, dio
la bienvenida a la fuerza y la velocidad con la que el joven hombre empezó a
golpear dentro de su culo. Cuando Yunho empezó a gruñir y a rugir, Jaejoong
intentó descifrar qué era lo que estaba diciendo, pero su mente decidió que no
le importaba y se rindió a las exigencias de su cuerpo.
Con la sensación del pene de Yunho empujándose dentro de él
y el calor de su semen inundando su culo, él gritó las mismas palabras otra
vez, Jaejoong finalmente pudo entenderlo. ―¡Mi compañero! ¡Mío!
Jaejoong se acarició mientras su propio orgasmo estallaba,
enviando un goteo constante por la ranura de su pene. Se desplomó contra el
suelo, el peso de Yunho cayó sobre él. Jaejoong se quejó suavemente y Yunho
bajó de su espalda y rodó hasta su lado. Su cuerpo protestó ante la pérdida del
calor de su amante, ante la pérdida de la erección que los mantenía unidos, así
como su leopardo ronroneó por el hallazgo de su pareja.
Tenía una sensación de conflicto por haberse entregado tan
completamente a alguien a quien apenas conocía, pero estaba contento por haber
encontrado a su compañero, simplemente saboreó el momento. Rodando sobre sí
mismo, se acurrucó contra el costado de Yunho, él abrió los brazos y lo
arrastró más cerca, colocándole contra su pecho, guió una de las piernas de Jaejoong
para que descansara contra su propia ingle manteniéndolos juntos.
Cuando el sol brilló sobre la tienda de campaña levantada a
todo correr, Jaejoong se acurrucó más estrechamente contra el pecho de Yunho,
la sensación de tener una mano deslizándose por su espalda arriba y abajo era
extraña, pero reconfortante. Después del intenso acoplamiento de la noche
anterior, él y Yunho habían decidido improvisar un campamento y dormir bajo las
estrellas en lugar de en el interior de su casa. Juntos habían levantado la
tienda antes de arrastrarse dentro y ceder ante el deseo que se enroscaba entre
ellos otra vez.
También habían pasado una buena cantidad de tiempo hablando
sobre sus sueños y sus esperanzas, sobre sus planes para el futuro. Yunho había
empezado a formar las bases de su propia manada, adoptando a los miembros de su
propia generación así como a los más ancianos. Jaejoong conocía a por lo menos
tres miembros de su manada que probablemente le seguirían, ya que era el
compañero del alfa, y por lo tanto un líder en la manada.
Así era como nacían las manadas, no por desafíos por el
dominio, sino por vínculos con manadas ya existentes, cultivando las alianzas y
redistribuyendo su territorio. Con la amenaza de a lo que se enfrentaban si se
encontraban alguna vez fuera de su terreno, la mayoría de los alfas sabían lo
que estaba en juego.
Ahora que su leopardo dormía dentro de él, Jaejoong se
encontró con que era capaz de razonar las cosas. Sintiendo el calor del cuerpo
de Yunho contra él, se sentía en casa por primera vez en mucho tiempo. Se
sentía como si hubiera conocido a Yunho durante años enteros, en lugar de
conocerlo de sólo dos encuentros con un montón de años de separación. Aquella
semana que había pasado con el joven alfa hacía más de una década, era y seguía
siendo un buen y vívido recuerdo, pero poco a poco estaba siendo eclipsado por
la realidad del hombre que había llegado a ser.
Como se habían pasado la noche alternando entre hablar y
aparearse, ahora su cuerpo estaba agotado. El acoplamiento necesitaba asentarse
y él estaba listo para rendirse y dormir.
―Creo que deberíamos quedarnos aquí. ―Las palabras de Yunho
lo sorprendieron y la niebla del sueño se despejó. Él había supuesto que la
parte alfa del hombre querría establecerse en su propio territorio, y no
quedarse en el de otro hombre. Tendría que haber sabido que Yunho querría estar
cerca del lugar en el que se habían prometido el uno al otro. El núcleo
sentimental que latía en él ya había empezado a ser evidente. Jaejoong sabía
que su manada le daría la bienvenida al otro hombre como alfa con derecho
propio, y una línea neutral sería establecida entre ambos territorios. Jaejoong
se enroscó con más fuerza entre los brazos de Yunho y saboreó la sensación de
ser sostenido. Por primera vez en mucho
tiempo, sintió la esperanza, él podía tener una manada de nuevo, y a un amante
fuerte en su cama.
Fin
Wow como que hace un poco de calor jeheejjeje
ResponderEliminarEstos son dos jovenes muy ardientes jejejejeje
Lo del acoplamiento si quw fue todo hot ufffffff
Eso es al fin ellos podran tener su manada
Hermoso final 😉☺
uuu por fin el yunjae juntos y como una futura manada y que apasionas dos jujuju gracias por comparitir este fisc tan bueno besos¡¡
ResponderEliminarme encanto Jae ya no estará solo nunca mas ya tiene a su alfa con el compartiendo su vida y dentro de poco a su propia manada que bueno que Yunho lo busco y lo encontró para compartir sus vidas y ser felices juntos
ResponderEliminarGracias por compartir
Que bello! Jae por fin obtuvo lo que se merecia! Una manada y un hombre que lo ame! Oh que linda historia! Me gusto la narracion fue hermosa *w*
ResponderEliminarGracias por compartir~
se encontraron un vez hace días años cuando diferencia de años tiene Jae y Yunho.
ResponderEliminarBueno eso no importa si hay amor la edad es de lo menos para ellos.
Me gustó mucho ya que es un final feliz y las dos están bien y tendría una nueva manada.
Gracias por compartir linda 😄
No no no no es demasiado bello este fic!!Se reencuentran despues de tantos años para al fin estar juntos.Gracias
ResponderEliminarwii por fin Jaejoong encontraste a tu pareja y quien mas Yunho el primer encuentro hace 10 años fue el inicio el solo espero oara poder reclamarte y creo que tu propio leopardo estaba esperando por el ...kyaaa ahora formarán su propia manada ..
ResponderEliminarGracias