CAPITULO 2


Jaejoong se puso rígido. Sus manos se deslizaron desde los hombros de Yunho. —¿De qué hablas?.

Yunho suspiró de nuevo. Dejó que sus manos resbalaran por la espalda de Jaejoong y descansaran sobre sus muslos. Acarició suavemente los músculos, brevemente apreciando la suavidad del vello en ellos. —Hablo de que, no hiciste nada para alejarme. Fuí yo.

—¡Oh Dios!. —Jaejoong saltó del regazo de Yunho. —Estás con alguien más. ¡Oh Dios!. —Su respiración cambio súbitamente a jadeos rápidos y se dejó caer de rodillas. —Mi peor pesadilla finalmente ha sucedido.

—¡Jaejoong, no!. —Yunho extendió las manos y agarró los brazos de Jaejoong. —No hay nadie más. Te lo juro.

Jaejoong lo miró. Aquellos ojos negro pecaminosamente hermosos fijos en él. Vio dolor y esperanza. —¿Nadie?.

Yunho lo haló y lo empujó de nuevo a su regazo. Se aferró a los brazos de Jaejoong, frotando sus pulgares en los suaves bíceps de Jaejoong. —Nadie. Tú eres el único para mí. Te lo juro. —Alivio inundó el rostro de Jaejoong por un momento, siendo sustituido rápidamente por confusión. —Entonces, ¿qué? ¿Qué diablos está pasando? ¿Por qué desapareciste?.

Yunho exhaló un profundo suspiro. Soltó el brazo derecho de Jaejoong y metió la mano en la chaqueta colgada detrás de la silla. Sacó la botella de píldoras y la sostuvo en alto. —¡Esto! —dijo suavemente. —Esto es lo que está pasando.

Alarmado abrió aún más los ya sorprendidos ojos de Jaejoong. Tomó la botella y la estudió. Cuanto más miraba la botella, menos era su expresión de pánico. —Son betabloqueantes. —Volvió a mirar a Yunho, la confusión aun nublándole el rostro. —Mi padre toma los mismos. —Frunció el ceño. —Todavía no lo entiendo. ¿Me estás diciendo que esto es por lo que te fuiste?.

Yunho asintió. Su corazón latía muy fuerte, podía sentir como golpeaba en su pecho. —¿Recuerdas hace unos siete meses cuando estaba persiguiendo a un ratero a través de esa zona de la piscina del hotel, y la tubería de gas propano se rompió?.

—Claro que me acuerdo. Siete horas en la sala de emergencia.

Yunho suspiró de nuevo. Tomó las pastillas, y las dejo caer nuevamente en el bolsillo, luego apoyó la mano en el muslo de Jaejoong. ¡Demonios!, ese músculo duro y caliente se sentía tan
bien en su mano. —Bueno, mis rayos X de tórax mostraron algún daño. —Se pasó una mano por el pelo. —No del todo por el gas propano. Sino de cuando fumaba hace unos años. Por alguna razón, el daño no apareció hasta más tarde. Mis pulmones realmente no son capaces de mantener a mi corazón. Se ven más como piezas alargadas de carne en lugar de pulmones.

Jaejoong agarró a Yunho de los hombros. —Pero... no entiendo. Pasaste el examen físico de la policía. Has estado trabajando todo este tiempo, ¿no?.

Él asintió. —Sí.

Jaejoong se quedó en silencio. Mesándose el cabello con una mano. —¿Estás realmente enfermo? ¿Muriendo?.

Yunho negó. —No. Es solo…

—Mierda. —Jaejoong metió nuevamente la mano a través del grueso pelo. —No puedo creer que me dejaste... por esto.

—Jaejoong, permíteme…

—Cállate, Yunho. —Jaejoong estrujó sus hombros, respirando pesadamente. Miró hacia abajo. Su desordenado cabello ocultaba su rostro de Yunho y este podía sentir como Jaejoong procesaba sus emociones.

Por último, Jaejoong lo miró. Sus grandes ojos empañados. —Escucha, no debiste haber hecho eso. No debiste... —Suspiró y miró hacia abajo de nuevo. Sus manos no se movieron. —¡Oh, Dios mío!. —Cuando volvió a mirar hacia arriba, sus ojos negro lucían húmedos. —Me privaste de la oportunidad de estar allí para ti, Yunho. —Otro momento pasó con Jaejoong mirándolo fijamente. Luego se inclinó hacia delante y apretó la frente contra Yunho.

Yunho sucumbió. Deslizó sus manos por la espalda de Jaejoong y lo empujó hacia sí. El resto de él presionado contra la delgada forma de Jaejoong moldeando sus cuerpos. Suspiró y cerró los ojos. Jaejoong se hundió en él y Yunho sintió la cálida suavidad de sus labios en la curva de su cuello. En las manos de Yunho, la espalda de Jaejoong se agitó, como lo hacía siempre que Jaejoong lloraba.

—Lo siento mucho, Jaejoong.

Jaejoong lloró calladamente, sin responder.

Yunho suspiró y lo abrazó, acarició la suave y caliente piel de la temblorosa espalda de Jaejoong.

Después de lo que pareció una eternidad, el llanto de Jaejoong disminuyó. Alzó el rostro del cuello de Yunho y lo miró.
 Yunho tomó un respiro. ¡Rayos!, Jaejoong lucia aún más hermoso cuando sus ojos estaban rojos e hinchados.

—Yunho.

En momentos como estos, Yunho sentía que se enamoraba de Jaejoong de nuevo. Extendió la mano y tomó su mejilla. —¿Qué ocurre, bebe?.

 —¿Por qué no me lo dijiste? ¿He sido tan poco apoyo para ti que no puedes venir a mí con esto? ¿Tenías que ocultar algo así? —Su voz era débil, suplicante, como un niño asustado.

 La culpa nuevamente apuñaló a Yunho. —Diablos, no. Eres mi apoyo, Jaejoong. —Frotó el pulgar en la mejilla de Jaejoong. Atrapado en el tacto de la piel afeitada, dejó que su toque se deslizara a través de la barbilla de Jaejoong, trazando la sexy hendidura en su centro. —Eres el mejor.

Una lágrima rodó por la mejilla de Jaejoong y Yunho la limpió.

—Jaejoong, no entiendes. El doctor me dijo que tuviera cuidado sobre todo con el sexo. Todavía puedo trabajar. Simplemente se supone que no me exceda. He estado presionándome para mantenerme tranquilo allí también. Suspiró. —Una cosa es pretender en mi trabajo. Eso ya es bastante difícil. ¿Pero ser cuidadoso durante el sexo contigo? Cuando me enteré de eso, enloquecí. —Jaejoong lo miró fijamente a los ojos. —Esta es la pura verdad, lo juro. Eres tan condenadamente sexy, me pongo duro solo con verte. —Hundió los hombros y desvió la mirada. —No puedo controlarme contigo, incluso después de tanto tiempo. No sabía qué más podía hacer. Pasaron varios segundos y Jaejoong no habló. El corazón de Yunho se estremeció y miró a Jaejoong. Para su sorpresa, Jaejoong lucía feliz. Tenía una enorme sonrisa y sus ojos, aunque enrojecidos e hinchados de tanto llorar, casi bailaban. —Esa es la cosa más dulce que jamás podrías decirme, Yunho. Aunque no puedo creer que fueses tan inmaduro. En verdad puedes ser tan malditamente inmaduro.

—Tienes razón. Lo siento, Jae.

Jaejoong se aferró de sus hombros y lo perforó con los ojos. —No vuelvas a hacerlo —dijo. —No puedo volver a perderte así de nuevo.

Yunho lo miró. El dolor en los ojos de Jaejoong lo hizo sentir aún más culpable. Él había sido la primera y única relación seria de Jaejoong.  Jaejoong era ferozmente leal y, obviamente, le adoraba. Yunho sentía que nunca sería capaz de compensar el dolor que le había causado a su amante. Pero, ¿cómo diablos podía estar en torno a Jaejoong todos los días y no tener relaciones sexuales con él?. Estaba condenado de cualquier forma. Si se forzaba y enfermaba, perdería a Jaejoong, y si él se privaba de Jaejoong, igualmente lo perdería.

—El sexo no es un problema, Yunho.

Yunho suspiró. —Por supuesto que lo es—. Dejó a su mirada vagar por el pecho de Jaejoong, sobre los pectorales perfectamente esculpidos cubiertos de suave vello marrón, sus pezones de tono canela y luego hacia abajo a sus tonificados abdominales con una estela sexy de pelo que corría por el centro, terminando en su deliciosa polla y jugosas bolas. ¡Oh, sí! Definitivamente era un problema.

La polla de Yunho saltó buscando atención. Jaejoong era hermoso, atractivo. El hombre viril.

 Jaejoong se movió un poco hacia adelante al regazo de Yunho y se frotó contra su ingle.
 Yunho inclinó la cabeza hacia atrás y gimió suavemente. —Jaejoong —susurró.

—Shh. —Jaejoong se inclinó hacia delante y lo besó en los labios. Deslizó sus manos hacia abajo y arriba por los brazos de Yunho. Empujó un poco hacia atrás y frotó el pecho de Yunho sobre su camiseta, jugueteando con el duro pezón. —Verás. —dijo con voz ronca. —Sin esfuerzo. Voy a hacer todo el trabajo.

Antes de que Yunho pudiera responder, Jaejoong tomó su boca de nuevo, deslizando la lengua entre sus labios y retorciéndola con avidez en cada húmedo escondrijo de su boca. Con las manos ancladas en los hombros de Yunho, Jaejoong se levantó unos centímetros del regazo de Yunho y reanudó su seductora rutina.

Jaejoong liberó su boca del beso. —Tu vas a obtener el lap dance  de tu vida. —dijo con un ronroneo seductor.

Yunho gimió. Sus párpados se agitaban mientras su cuerpo crecía cada vez más sin poder evitarlo. Jaejoong siempre había sido capaz de dominarlo de esta manera. Yunho se hundía en la silla, cada vez más profundo, con cada roce del dulce culo de Jaejoong contra su polla. Su franela estaba fuera de los vaqueros y Jaejoong aprovechó la oportunidad para halarla del pecho de Yunho. El cálido aliento de Jaejoong soplaba sobre la piel desnuda de Yunho.

Yunho suspiró, su cabeza inclinada hacia atrás. Jaejoong lo tenía en sus manos, demostraba su victoria por la forma como le acariciaba el pecho, pasando suavemente los pulgares sobre sus pezones. Yunho dejó escapar el aliento. Sus pezones se endurecían bajo el toque de Jaejoong. Este se inclinó y lamió uno de los endurecidos capullos. Una y otra vez con el húmedo calor de su lengua hasta que Yunho arqueó la espalda. Sus ojos parpadearon cerrándose y todo su pecho se estremeció. Jaejoong lamió otra vez y sopló un aliento frío sobre la piel que había ungido.

Las manos de Yunho cayeron a los costados. —Joder. —dijo con voz áspera. Finalmente entendía lo absolutamente idiota que había sido al privarse de la deliciosa lujuria de Jaejoong todo este tiempo. Lastimándolo simultáneamente.

Jaejoong alejó su boca y miró a Yunho hacia abajo. Tiró de la franela de Yunho y éste alzó sus brazos de modo que Jaejoong pudiera quitársela completamente.

Jaejoong lanzó la franela a un lado y miró el desnudo pecho de Yunho. Yunho notó la negro mirada deslizándose de un pectoral a otro y luego descendiendo a su abdomen. Jaejoong prácticamente se lo comía con los ojos, mientras lamia sus labios. Finalmente elevó su mirada hasta encontrarse con la de Yunho, viéndolo debajo de sus espesas pestañas. —Solo quédate allí, amor. —Le dijo en ese tono ronco que tenía cuando se excitaba.

Hizo unas pocas rondas más meneando su culo contra la ingle de Yunho y luego Jaejoong bailó fuera de su regazo. Se volvió, enroscando los dedos de ambas manos en su propio cabello mientras balanceaba sus caderas, de ida y vuelta, doblando ligeramente la cintura.

¡Demonios! Jaejoong estaba jugando duro. Nada de palabrerías. Él sabía lo mucho que a Yunho le encantaba verlo desde atrás. Los lisos músculos de sus pálidas nalgas se flexionaban con cada balanceo de sus estrechas caderas y sus piernas estaban separadas lo suficiente como para darle una visión juguetona del pesado saco que colgaba elegantemente entre sus musculosos muslos. Yunho miró, jadeando. Cualquier pensamiento que hubiera tenido de mantenerse alejado de Jaejoong escapó inmediatamente de su cabeza. No había modo alguno que pudiera escapar ahora. Jaejoong se había asegurado de ello.

Bueno, él no quería irse. Nunca lo había querido. Tenía miedo de pensar en lo realmente estúpido que había sido abandonando a su corazón.

Jaejoong le sonrió a Yunho por encima del hombro, se inclinó y tomó su corbata del suelo. Danzó hasta la parte posterior de la silla de Yunho, deslizó sus manos sobre los brazos de este y capturo sus manos, detrás del espaldar de la silla.

Lo siguiente que Yunho supo, era que Jaejoong estaba atando sus muñecas con la corbata. No lo suficiente ajustado como para lastimarlo, pero si como para transmitirle el mensaje de que no iba a ir a ninguna parte.

—Solo para que no trates de asumir el control, amante. —Jaejoong susurró, tan cerca de su oreja que el suave aliento produjo un cosquilleo, enviando un delicioso escalofrío a través del cuerpo de Yunho, directo a su endurecida polla. —Tal y como dije, estoy haciéndolo todo. No tendrás que mover un dedo. —Se escabulló hacia el frente, inclinándose tomó nuevamente los labios de Yunho en otro ardiente beso francés.

Jaejoong debía haber puesto la grabadora en repetición automática, porque la música con la que habían iniciado su lección, ahora volvía a reproducirse. La música, lenta y sensual, hablaba sobre nada más que hacer el amor, era el perfecto telón de fondo, para la seducción de Jaejoong.

Jaejoong deslizó la lengua entre los labios de Yunho en forma lenta y suave al ritmo de la música. Con perezosos círculos masajeó los labios y la lengua de Yunho, llenándolo con su aroma dulce y su sabor masculino.

Yunho sentía como si su cerebro se estuviese derritiendo tan solo con el beso. Su polla estaba lo suficientemente dura para perforar los vaqueros y se sentía como si pudiera abrir un agujero a través de sus pantalones para llegar a Jaejoong. El pecho de Yunho se agitó y su mente se arremolinaba, nebulosa, perdido en el placer del jugueteo de Jaejoong. Se hundió aún más en la silla y el movimiento hizo que sus muñecas tiraran contra sus ataduras. La sensación de tirantez aumentaba el disfrute de estar indefenso bajo el poder de Jaejoong.

Todo el mundo debería ser tan malditamente afortunado.

 Las manos de Jaejoong se dirigieron a los vaqueros de Yunho. Un par de hábiles tirones y Yunho sintió como se abría la prenda, exponiendo la cintura de sus interiores. Un vistazo hacia abajo y Yunho vio todo el efecto que Jaejoong tenía sobre él. Una gota de líquido pre-eyaculatorio había oscurecido el algodón blanco.

Jaejoong rió entre dientes. —Bien, ¡hola allí!. —Deslizó la punta de los dedos sobre la hinchada cabeza de la polla de Yunho, a través del delgado material.

El suave toque hizo a Yunho suspirar. Inmediatamente, más líquido rezumó de la pequeña abertura.

Jaejoong haló la pretina hacia abajo y deslizó la yema del dedo sobre la humedad, recolectándola con el índice. Sus ojos brillaban por el deseo mientras lamía la pre eyaculación de la punta de sus dedos. —¡Mmm! Me alegro de ver que aún le gusto al pequeño Yunho .

Yunho le devolvió la sonrisa. —Por supuesto que sí. Nunca dejaste de gustarle. —Su pene tembló como si tuviera vida propia. —A él le gustaría más.

Jaejoong no respondió. Se levantó de nuevo, apoderándose de los jeans de Yunho y los deslizó hacia abajo hasta que cayeron alrededor de sus tobillos. Jaejoong se arrodilló, pasando las palmas sobre los muslos de Yunho, a continuación, se inclinó y apretó los labios sobre su polla.

Yunho contuvo el aliento. El suave calor de la boca de Jaejoong envió escalofríos de placer a través de su polla directo a sus testículos. Instintivamente, Yunho trató de correr sus dedos a través del desordenado cabello de Jaejoong, solo consiguió tirar contra sus ataduras. El tirón de la corbata en las muñecas fue una sensación erótica y Yunho se rindió a su confinamiento.

Jaejoong deslizó sus dedos bajo la pretina bajando los calzoncillos, moviéndose con cuidado sobre la polla totalmente dura de Yunho, que saltó. Para su deleite, Jaejoong la atrapó en su boca y deslizó su cabeza hacia abajo, envolviendo toda la dolorosa longitud de Yunho en la ardiente succión de sus labios.

Jaejoong saboreó la dura polla mientras se deslizaba contra su lengua. Maldición, el sabor almizclado de Yunho invadió sus sentidos. Nada sabía y se sentía mejor para él que Yunho. Cualquier parte de él, pero sobre todo esta parte. Para él Yunho tenía un néctar mágico y Jaejoong quería ordeñar hasta la última gota.

Yunho gimió y se hundió en la silla. Su completa entrega a la boca de Jaejoong hizo que éste se excitara aún más. Con las manos en los musculosos muslos de Yunho, Jaejoong apretó los labios y se apartó, degustando cada vena y cada pulgada de la sedosa piel en su camino.

—Joder, Jaejoong. —Era la voz de Yunho ronca y firme. A él le encantaba.

Jaejoong sonrió y pasó sus dedos sobre las bolas de Yunho. Estaban tan hinchadas y firmes como su polla y provocaban que Jaejoong anhelara degustarlas también. Liberó de su boca la polla de Yunho y la besó recorriéndola hacia abajo, desde la parte inferior del grueso eje a los deliciosos globos gemelos de su saco.

—¡Oh, Dios mio!. —Yunho prácticamente se acostó en la silla y separó las rodillas abriéndolas bien, con el trasero elevado.

Jaejoong hizo la mayor parte del trabajo. Lavó las bolas de Yunho con su lengua, a continuación, deslizó la punta sobre la piel arrugada, guiado por los gemidos y las maldiciones de Yunho. Con entusiasmo, extendió las nalgas y arrastró la punta de la lengua por el apretado y delicioso agujero de Yunho.

—Jaejoong. —Yunho susurró una y otra vez.

Su deliciosa entrega hizo que Jaejoong se sintiera más perverso, corriendo la lengua de regreso sobre las bolas hasta el eje de su pene. Tomó profundamente a Yunho en su boca y succionó, tragando la increíble polla tan adentro como pudo, hasta casi llegar al oscuro vello público de Yunho. Más gotas de semen brotaron de la punta y Jaejoong bebió el líquido salado

El sabor de Yunho lo llenó, volviéndolo salvaje. Había pensado en fastidiar al gran tonto mucho más tiempo, pero ahora su propio culo se estremecía de necesidad. Lo único que quería era la gruesa polla enterrándose profundamente dentro de él.

Jaejoong se echó hacia atrás y dejó que Yunho se deslizara de su boca. La carnosa polla se mantuvo erecta. La vista envió un escalofrío de deseo a través de Jaejoong. —Vuelvo enseguida. —Hizo un guiño a Yunho, quien jadeaba, la piel pálida de su  pecho estaba completamente enrojecida.

Yunho no le preguntó a dónde iba. No había duda de que él ya lo sabía.

Jaejoong agarró la botella de aceite de oliva del gabinete de la cocina y regresó, desenroscando el tapón mientras cruzaba frente a Yunho. Roció el afrutado aceite en su mano y se arrodilló de nuevo en un solo movimiento. Yunho contuvo el aliento y Jaejoong le sonrió.

Estiró y cerró su mano alrededor de la polla de Yunho. —Hola, amante. —dijo en un cercano susurro, apenas por encima de la suave música. —Ha pasado mucho tiempo desde que tuve tu polla.

Yunho gimió cuando Jaejoong extendió el aceite de arriba abajo sobre su eje. —¡Sí! —dijo jadeando —demasiado tiempo.

Jaejoong sonrió mientras ungía cada pulgada de la gruesa polla de Yunho, se agachó y regó el aceite restante en su culo. —¡Voy a reparar eso en este momento!. —Se levantó y se sentó a horcajadas sobre el regazo de Yunho, manteniéndose lo bastante alto como para guiar la cabeza de la aceitada polla a su entrada.

La resbaladiza cabeza empujó directo a su interior. Jaejoong gruñó y echó la cabeza hacia atrás. ¡Mierda!. Había extrañado esto malditamente demasiado. Se movió hacia atrás y adelante, empujándose a sí mimo poco a poco sobre la tirante polla de Yunho. Cuantas veces esa polla se había enterrado profundamente dentro de él, conocía cada contorno, justo el ángulo en el que debía inclinar las caderas a fin de llevar ese duro grosor a su interior.

Yunho gimió de nuevo e inclinó sus caderas. El movimiento hizo que su polla se deslizara más profundamente.

Cuando Yunho hubo recorrido más de la mitad del camino dentro del estrecho canal, Jaejoong empujó hacia abajó, empalándose a sí mismo el resto del camino hasta que se hundió en el regazo de Yunho.

El espesor de Yunho lo llenaba tan completamente que Jaejoong se sentía borracho. Con las manos en los anchos hombros de Yunho, se ancló y comenzó a montarlo, empujando hacia arriba desde el suelo y bajando de nuevo en un ritmo constante. Al mismo tiempo, se inclinó y tomó los labios de Yunho, bañándolos con salvajes y suaves besos. ¡Dios!, había extrañado tanto a Yunho, la ola de emoción reventó y Jaejoong canalizó hacia Yunho hasta la última gota de amor y pasión que había reprimido estos seis meses.

Yunho gimió dentro de la boca de Jaejoong. El sonido vibró por todo su cuerpo. La polla de Yunho se contrajo en el interior de su canal. Jaejoong apretó sus músculos y se movió más rápido, ordeñando la polla de Yunho hasta que éste lanzó un gemido suave y largo. Jaejoong conocía muy bien ese sonido, el sonido del clímax de su amante. Cabalgó a Yunho con movimientos suaves hasta que el esperma caliente que brotaba de dentro de él se detuvo y Yunho se aflojó.

Jaejoong se sentó sobre él, manteniendo a Yunho en su interior, se inclinó, apretó la frente contra Yunho. La piel de Yunho estaba caliente y sudorosa y el delicioso olor del sexo impregnaba el aire.

Jaejoong ahuecó la parte posterior de la cabeza de Yunho con ambas manos y le acarició el pelo corto y liso, con las puntas de sus dedos. Jadeaba y el aliento de Yunho pulsaba sobre sus labios. Luego de un rato, quiso sentir los brazos de Yunho a su alrededor. Se inclinó alrededor de la silla y deshizo las ataduras.

—¿Cómo te sientes?. —Él tiró la corbata al suelo y examinó la cara de Yunho en busca de signos de tensión. Aparte del rubor del sexo, Yunho parecía estar bien.

Yunho le devolvió la mirada bajo sus pesados párpados. Asintió.—Estoy bien. —Sus labios se curvaron perezosamente. —Tenías razón.

Jaejoong le dio un beso. Su corazón se oprimió de nuevo. —Por favor, abrázame. —susurró.

Yunho le obedeció en silencio. Los ojos de Jaejoong pestañearon con emoción mientras lo abrazaba. Se apoyó en Yunho, sus pieles desnudas se fusionaban, trató de sentir lo que Yunho sentía por la forma en que el otro hombre lo sostenía. No podía soportar el que Yunho insistiera en mantenerse alejado de él.

Jaejoong se desplazó. Su propia polla estaba dura de nuevo por montar a Yunho, pero no quería moverse, no quería poner fin a este momento. Temiendo que Yunho pudiera escapar de él nuevamente.

Como si sintiera las emociones de Jaejoong, Yunho apretó los brazos alrededor de él. —Lo siento, Jae —dijo suavemente, sus dedos presionaron con ternura la espalda de Jaejoong. —Haré que funcione para ti te lo juro.

Yunho cerró los ojos e inhaló la esencia de Jaejoong. Jaejoong se aferraba a él como un niño pequeño. Deslizó una mano por su cabello y le acarició la cabeza, deseando que las pequeñas caricias por sí solas pudieran reparar el daño que había hecho a la confianza de Jaejoong. Había trabajado un infierno para recuperarse del abuso, de modo que él y Yunho pudieran tener una relación plena, amorosa y así era como Yunho le había pagado. Abandonándolo. Trescientos años no serían suficientes para reparar el daño.

Jaejoong se levantó primero y lo miró. Sus parpados estaban pesados, somnolientos, pero la mirada en sus ojos negros era conmovedora. —No me importa lo que pasó, Yunho. Tan solo, no me dejes—. Se inclinó y depositó un beso en los labios de Yunho. Éste empezó a levantarse pero pareció cambiar de opinión, profundizando el beso en lugar de acabarlo.

Yunho cerró los ojos y saboreó el gusto y el tacto de los suaves labios de Jaejoong, el tierno amor y devoción que le llegó a través de su toque. Acarició de nuevo a Jaejoong en largos y lentos círculos. Tocar a Jaejoong siempre había sido su pasatiempo favorito, aparte de lamerlo, besarlo…

Deseando sentir a Jaejoong de nuevo, deslizó su mano en la polla de Jaejoong, palmeando el duro y liso eje.

Jaejoong contuvo la respiración y cerró una mano suavemente sobre la suya. Separándose de sus labios lo miró. —Guárdalo para más tarde —dijo en voz baja. —Antes de ir a la cama. Justo antes de ir dormir.

Un dulce escalofrió recorrió a Yunho y experimentó esa tierna sensación de nuevo. Si, necesitaba quedarse con Jaejoong y abrazarlo toda la noche si pudiera, sin importar nada más.

Una sonrisa tironeaba de la comisura de los dulces labios de Jaejoong En el corto tiempo transcurrido desde que Yunho se había encontrado con Jaejoong a la salida de su salón de clases, el rostro de este se había transformado. La chispa había vuelto a sus ojos.

Yunho se estiró y tocó la mejilla de Jaejoong. Deseaba tanto poder retroceder el tiempo. Si pudiera, no habría hecho nada que apagara esa chispa en primer lugar.

—Oye —dijo Jaejoong. Apretó la muñeca de Yunho y a continuación, se retorció en su regazo. —Es hora de ver qué movimientos tiene, señor.

Yunho sonrió. Había olvidado la razón por la que estaba aquí en primer lugar. Se puso de píe y levantó sus calzoncillos y jeans. —Bien. Aquí voy a vestirme otra vez solo para desvestirme luego.

Jaejoong se echó a reír. Él ya se había colocado su bikini y pantalones de nuevo, quedándose sin camisa, tomó el lugar de Yunho en la silla. —Ponte también la camisa. Lo mejor es practicar con todo.

La música se reproducía al fondo. La canción actual estaba terminando y cuando la siguiente comenzó, Jaejoong lo señaló. —Comienza con esta canción. Recuerda lo que dije. Toma una respiración profunda y deja que la música fluya a través de ti. Luego… desnúdate.

 Jaejoong reprimió una sonrisa. Yunho tenía esa mirada que siempre lucía sobre su rostro cuando se sentía cohibido. Lo cual no era frecuente, pero solía pasar. —Sólo recuerda, tómalo con calma. No hagas nada que no puedas hacer mientras sacudes las caderas.

—Está bien. —Yunho se levantó en silencio, sus ojos oscuros concentrados. Sus grandes manos se cerraron en puños. Jaejoong miró y respiró hondo. Esos puños lo habían salvado hacía trece años de ser violado. Todavía veía a Yunho como una especie de protector, incluso después de la forma en que lo había abandonado. —Afloja las manos. Hay demasiada tensión en ellas.

Yunho soltó los puños y agitó sus manos. Miró a Jaejoong, con expresión nerviosa. Sus miradas se encontraron durante unos segundos y su rostro cincelado se relajó un poco, una burlona sonrisa en los labios. —Me siento como un idiota. 

Jaejoong dejó que su mirada viajara a lo largo del cuerpo de Yunho, por su amplio pecho, sus caderas afiladas, sus abultados muslos que claramente se delineaban en sus jeans, a continuación, volvía sobre su musculoso antebrazo cubierto con suave pelo negro. Los anchos hombros de Yunho estiraban el material blanco de su franela. La polla de Jaejoong se estremeció. —¡Te aseguro que no luces como un idiota! —dijo —Estás tan caliente como el infierno.

Yunho se rió entre dientes. —Tú eres parcial.

Jaejoong sonrió. —Lo sé de primera mano. 

Ahora Yunho se echó a reír. Pareció romper la tensión y comenzó a mover sus caderas. Él era un buen bailarín, para comenzar Jaejoong no estaba preocupado de que Yunho lo consiguiera. En unos pocos momentos, Yunho había logrado un sexy balanceo. Las estrechas caderas se movían en deliciosos y eróticos círculos que hacían que la cabeza de Jaejoong girara y que su erección presionara contra su bikini. —Ahora —Murmuró, su garganta estaba seca. —Suelta el botón y el cierre de tus jeans.

Las manos de Yunho fueron a sus pantalones. Jaejoong vio a Yunho perder el ritmo por medio segundo para recuperarlo nuevamente mientras soltaba el botón. El espíritu del baile pareció poseer a Yunho, quien sonrió mientras tomaba la cremallera y la movía hacia arriba y hacia abajo de modo juguetón.

La boca de Jaejoong se hizo agua. —Eso está bien. —suspiró. —Lo estás consiguiendo. Se reclinó en la silla para aliviar la tensión en su polla. Maldición, tal vez Yunho tenía la profesión equivocada. Él debió haber sido stripper. Era un pedazo de carne, del tipo por el que iban la mayoría de los hombres, por no hablar de que él también tenía esa cosa irresistible de ser duro por fuera y blando en el interior. —Ahora, sácate la camisa y sujétala por el dobladillo.

Yunho siguió bien sus instrucciones. Liberó el dobladillo de su franela de los jeans, dándole a Jaejoong un delicioso vistazo de su abdomen plano y del rastro de oscuro vello que iba hasta su endurecida polla y que corría desde el ombligo hasta perderse en su vello púbico.

—Eso es. Levanta la camisa muy lentamente. Dando una vista centímetro a centímetro de tu mercancía.

 La sonrisa de Yunho se ensanchó. Estaba trabajando visiblemente para mantenerse al ritmo de la música, pero el cuerpo glorioso que estaba revelando compensaba por mucho el baile de principiante. Un poco más de práctica, Jaejoong decidió, y él será capaz de hacerlo.

Por supuesto, Jaejoong planeaba estar allí en cada paso, incluso en el escenario del Answer     . Yunho descubriría eso en la mañana.

Con rítmicos tirones, Yunho alzó la franela aún más. Centímetro a centímetro expuso su plano y tallado abdomen, y sus pectorales abultados. Sus pequeños y oscuros pezones aún estaban duros, el sol de la tarde se colaba a través de las persianas haciendo que el sedoso vello sobre su pecho brillara. Era nada menos que un dios.

Jaejoong se aclaró la garganta. —Bien. Mantenlo levantado y no te detengas hasta que tu cabeza esté fuera del escote.

Yunho levantó los brazos con la franela arrugada entre sus manos. Sus brazos y tórax flexionados con el movimiento, Jaejoong no podía apartar los ojos de ese torso, mirando cada delicioso rincón, incluyendo el suave pelo en sus axilas. Cada pequeño y esculpido músculo, cada pelo, señalaba a Jaejoong quien se agarró a los bordes del asiento para evitar caer sobre Yunho de nuevo.

Jaejoong reprimió un gemido. —Muy bien, con suavidad saca la franela de tus manos y tírala lejos, preferiblemente hacia el público. Les encanta esa mierda. —Había visto a tipos recoger sus ropas y olfatearlas. Como sea. Vio los músculos de Yunho flexionarse aún más mientras seguía sus instrucciones. Al momento siguiente, la blanca franela aterrizó en el regazo de Jaejoong.

 Jaejoong rió entre dientes. La recogió y llevó la franela a su rostro. ¡Demonios!, tenía que estar bien el oler las cosas de Yunho. Había estado con el tipo por trece años. No eran exactamente unos extraños. Jaejoong cerró los ojos y aspiró el olor de Yunho que impregnaba la tela. Esencia a limpio, perfume y un toque de sudor. Nada olía mejor en todo el maldito mundo.
Cuando abrió los ojos de nuevo, Yunho había dejado de moverse y lo veía fijamente, con una tierna y extraña mirada en sus ojos oscuros.

Jaejoong sintió arder sus mejillas. En todo ese tiempo, él realmente nunca había olfateado la ropa de Yunho delante de él. Siempre había sido algo que hacía en privado, justo antes de echar la ropa en la lavadora o antes de colgar algo que Yunho había olvidado accidentalmente, en el armario. Jaejoong bajó la franela a su regazo, aún aferrado a la tela. —Continúa.

Yunho se lo quedó mirando un momento y a continuación, obedeció. Sus manos fueron a la cintura de sus jeans y comenzó a bailar de nuevo, tirando de la cintura hacia debajo de las caderas de una manera seductora. El balanceo del baile pareció capturarlo otra vez y su sonrisa regresó, los oscuros ojos ardían mientras bajaba los jeans hasta la mitad del muslo.

Jaejoong se sentó. —Impresionante. Ahora detente allí y solo empuja la pelvis un par de veces. —Yunho lo hizo así y el bulto en la parte delantera de sus calzoncillos blancos atrapó la mirada de Jaejoong y la retuvo. Su corazón latía con fuerza y su polla se tensó hasta el punto de incomodidad. Seis meses habían sido un infierno de tiempo e iba a requerir más de una mamada para drenar el exceso. —Ahora, gira y hazlo de nuevo. Muéstrale al público ese culo perfecto.

Yunho bailó en círculos pequeños y flexionó sus nalgas. La perfecta ronda de músculos que se apretaban y relajaban, derritieron el cerebro de Jaejoong. Jaejoong se aclaró la garganta. —Ahora deja caer los pantalones y da un paso fuera de ellos.

Yunho dejó caer los pantalones hasta los tobillos, pero cuando iba a salir de ellos tropezó. Se sostuvo antes de caer sobre su trasero y miró a Jaejoong, con la cara enrojecida. —No estoy tan seguro de este movimiento.

Jaejoong sonrió. —No te preocupes. Súbelos un poco, luego acuéstate sobre tu espalda y quítatelos. Rueda un poco, levanta las piernas, la pelvis, cualquier cosa que te permita mantener el ritmo.

—Sí, jefe—. Yunho se tiró al suelo y Jaejoong lo vio experimentar con varias posiciones. A él le gustó especialmente la postura en la que Yunho tenía el culo elevado como si estuviera a punto de ser jodido. Finalmente, Yunho encontró una secuencia que funcionaba. Las maniobras requerían una cierta cantidad de meneadas de trasero, flexiones y movimientos pélvicos para lograr quitarse los pantalones con gracia.

Jaejoong aplaudió mientras su furiosa erección palpitaba. —¡Lo tienes!.

Aplaudió un poco más y silbó mientras que Yunho bailaba alrededor con sus calzoncillos blancos. La tela delineaba su pene y sus testículos a la perfección, la mano de Jaejoong picaba por palmearlos. —¡Eh, tú, baila hacia aquí. Es hora de lidiar con un pervertido.

Yunho le sonrió —Como tú digas. —Bailó acercándose, meneando sus caderas en esos seductores círculos que hacían que su apretado abdomen se flexionara con cada movimiento. Jaejoong sintió que se le secaba la boca mientras sacaba un billete de un dólar de su billetera y se lo ofrecía como si fuera un espectador en el club.

Yunho se acercó y echó la pelvis hacia adelante, todavía moviéndose al compás de la música. Jaejoong metió el billete de un dólar en la cintura y luego deslizó su mano hacia abajo, frente a la polla de Yunho. Yunho tenía reflejos relámpago y se echó hacia atrás, pero no antes de que Jaejoong consiguiera un rápido toque de las jugosas bolas de Yunho.

Jaejoong rio a pesar de que su cuerpo se estremeció salvajemente con el breve toque. —¡Perdió el ritmo, detective!. Vamos a intentarlo de nuevo.

Repitieron el ejercicio hasta que Yunho pudo bailar evadiendo fácilmente las manos sin romper el ritmo; Jaejoong estaba prácticamente lamiéndose los labios. Luego, Jaejoong hizo a Yunho vestirse y hacer toda la rutina de nuevo. Y otra vez. Hasta que fue casi perfecta. Para el momento en que sintió que Yunho estaba listo, ya el sol se había puesto. Los dos estaban muertos de hambre así que Jaejoong ordenó comida italiana para que les llevaran del restaurante local.

Colgó el teléfono y se sentó en el sofá junto a Yunho, quien se recostó para descansar, con la cabeza inclinada hacia atrás sobre los cojines. —Vas a tener tu primera presentación en unos cuarenta y cinco minutos.

Yunho levantó la cabeza. —¿De qué estás hablando?.

Jaejoong sonrió. —Hechul es el repartidor de nuestra comida. Cuando llegue aquí, vas a tener que probar tu rutina con él.

Yunho se enderezó del tiro. —Jaejoong, no.

Jaejoong le apretó el brazo. —Mira, según tú, no tienes mucho tiempo para prepararte. Vas al Answer  mañana para obtener un trabajo allí, ¿verdad?.

Yunho asintió. —Es verdad. —Se recostó sobre los cojines de nuevo. Una delicia para la vista, con ese ancho pecho agitado, luchando contra su franela blanca.

—Bueno, es mejor empezar con una audiencia receptiva para construir tu confianza, ¿no?. Y, bueno, Hechul ha estado flechado por ti desde hace años. Tú lo sabes.

Yunho giró la cabeza sobre el cojín. Una sonrisa perezosa curvaba un lado de sus sensuales labios. —Ha estado flechado por nosotros, querrás decir.

Él asintió. —Sí. —Rió entre dientes. —Así que lo harás, ¿verdad?. Es una buena práctica.

Yunho se encogió de hombros. —Seguro. Pero si tuviera más tiempo para todo esto, no lo haría.


Jaejoong se recostó, su costado presionado contra el otro hombre, acarició el pecho de Yunho. Se inclinó más cerca, y aspiró la almizclada esencia de Yunho. Yunho colocó el brazo alrededor de él y descansaron así, en silencio, hasta que sonó el timbre.


Continuara


6 comentarios:

  1. Que bueno esta... Este capítulo, regresaron como debió ser siempre, Yunho debió tener la confianza con Jae y mas si tenían 13 años viviendo juntos tos, pues que estaría pensando Yinho que no lo hizo?, bueno no importa ya están juntos y es lo que cuenta...
    Al que le va a dar un infarto es a Heechul, Yunho le hará su primer baile de stripper como público, van a dejar a Heechul muy hot...
    Gracias

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  2. Ok .-. Debo decir que no esperaba la confesión de Yunho en el segundo cap.... yo tenía una idea de como serian los demas caps.. pero ahora esto cambia todo!! Ahora no tengo idea de como termina esto >. <

    Wow~ goshhh que lemon♥w♥ fue tan agdfghad
    Imaginar a Jae enseñando a Yunho a bailar sexy *Q*
    ^^/

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  3. suertudo Heechul que tendrá un striptease de Yunho jajaja

    Me alegra que Yunho y Jae hayan aclarado todo y que ahora se esten apoyando

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  4. Vez YH ya no te dejaria por ello el te ama ^=^ que bueno que esten juntos de nuevo!!!! Esa clase de baileee un private absoluto , me gusta muchas graciass ^_^

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  5. La relación de tantos años un día para otro no lo puedes dejar de lado, yo creo que mas cualquier enfermedad que tiene Yunho tienes que pensar que tienes que sacara mas de su tiempo para estar con Jae que es la persona que ama y no alejarlo de su salado ya que así si lo puede superar todo estaría mejor.
    pasa tantas cosas en 6meses, Yunho sigue súper enamorado de Jae ya que por unas rosas se poner celoso, y Jae es tan bueno con el que aun lo ama. wiii espero este junto de nuevo ❤

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  6. que bueno que le allá sido sincero con Jaejoong una la relación de larga omg ya es una vida y terminarla asi pero es bueno que todo quede aclarado y que ya no se volverán a separar por nada ..ahora continuar con sus clases bueno creo que alumno supera al maestro jejeje *p* wuuoo tambien quiero un baile asi Yunho..
    Gracias ..next ^^

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